sábado, 21 de noviembre de 2020

Construcción social del aprendizaje a través del texto

El desarrollo tecnológico ha hecho posible la comunicación sincrónica a distancia, con imagen y audio. Sin embargo, la comunicación mediada generalmente es textual y carece de señales no verbales, como los gestos, las miradas y los tonos de voz. Esto hace que se dé un lenguaje desinhibido, con dificultades en la coordinación y la retroalimentación. A mayor restricción en el canal de comunicación, mayor desinhibición de nuestro comportamiento y mucho peor nuestra gestión del conflicto interpersonal. Esto puede ser explicado porque hay menor control social o por la soprecompensación de nuestras características personales, emociones y estados de ánimo, como consecuencia del aislamiento social y de la falta de señales no verbales. (Peiró et al. 1993 )

Cuando los mensajes deben escribirse, la comunicación es lenta y el diálogo no es perfectamente lineal y coherente. Mensajes cortos, condensados, muy personalizados, con abreviaturas, mensajes fragmentados en varios envíos y expresión de nuestros estados de ánimo. Todo esto afecta la profundidad del intercambio y la claridad de los mensajes (Murphy y Collins, 1997 ).

El medio textual asincrónico es favorable en educación para el intercambio de información personal, reflexionar sobre lecturas selectas y expresar opiniones sobre temas de debate. Si la comunicación es asincrónica es más probable que las intervenciones sean más elaboradas porque no hay prisa por responder. Permite la lectura no lineal y más comprensiva. Adicionalmente, la participación es no coercitiva.(Dillenbourg et al. 1995 ).

En conclusión, la comunicación textual asincrónica como el foro, supera a la comunicación por chat. Se debe tener en cuenta que los estudiantes generalmente lo usan con fines sociales y de esparcimiento (Jones, 2002).

Referencia

Roselli, N. et al. (2004). El chateo y la interacción social directa en el aprendizaje cooperativo de díadas Revista Latinoamericana de Psicología, vol. 36, núm. 3, pp. 391-408 Fundación Universitaria Konrad Lorenz Bogotá, Colombia.

Si eres estudiante, por favor responde esta breve encuesta. Muchas gracias!

miércoles, 14 de octubre de 2020

La Metamorfosis de Piktor

Hermann Hesse

El joven Piktor ha entrado en el Paraíso y se encuentra frente a un árbol que es a la vez hombre y mujer. Con veneración lo mira y le pregunta: “¿Eres tú acaso el Árbol de la Vida?” Pero cuando, en lugar del árbol, le responde la Serpiente, Piktor se vuelve para continuar su camino. Contempla todo con atención y todo le encanta en el Paraíso. Claramente presiente que se halla en el origen, en la fuente de la vida.

           

Ve otro árbol, que es ahora al mismo tiempo Sol y Luna. Y Piktor le pregunta: “¿Eres acaso tú el Árbol de la Vida?” El Sol lo confirmó riendo; la Luna, con una sonrisa.

 

Flores maravillosas le contemplaron, flores de variados colores, flores que tenían ojos y caras. Algunas reían ampliamente, otras casquivanas; algunas ni se movían ni reían, permanecían mudas, ebrias, hundidas en sí mismas, envueltas en su propio perfume, como sofocadas. Una flor le cantó la canción de las lilas; otra, una canción de cuna azul oscura. Una flor tenía los ojos como un zafiro duro; otra le recordó su primer amor; otra, el color del jardín de su niñez, la voz de su madre y su perfume. Esta se rió, aquélla le sacó la lengua, una lengüita curva, rosada, que se le aproximó. Piktor extendió la suya para tocarla. Le encontró un sabor agrio y salvaje, a racimo y a miel y también como al beso de una mujer.

 

Aquí, entre todas estas flores, Piktor se sintió henchido de nostalgia y temeroso. Su corazón latió fuerte, como una campana, quemándose, tendiendo hacia algo desconocido.

 

Piktor vio ahora un pájaro reclinado en el pasto, refulgiendo de tal suerte que parecía poseer todos los colores.

 

Y Piktor le preguntó:

 

-  ¡Oh pájaro! ¿Dónde se encuentra la felicidad?

-  ¿La felicidad? Se encuentra en todas partes: en la montaña y en el valle, en la flor y en el cristal.

 

El pájaro sacudió alegre sus plumas, movió el cuello, agitó la cola, guiñó un ojo y se quedó inmóvil sobre el pasto. Repentinamente se había transformado en una flor, las plumas eran hojas, las patas raíces. Piktor lo contempló maravillado.

 

Pero casi enseguida, la flor-pájaro movió sus hojas; se había cansado de ser flor y ya no tenía más raíces. Proyectándose lánguidamente hacia arriba, se transformaba en mariposa, meciéndose sin peso, toda luz.

 

Piktor se maravillaba aún más. El alegre pájaro-flor-mariposa voló en círculos en torno de él, brillando como el sol; se deslizó hacia la tierra y, como un copo de nieve, quedóse allí, junto a los pies de Piktor. Respiró, tembló un poco con sus alas luminosas y, de inmediato, se transformó en cristal, de cuyos cantos irradiaba una luz rojiza. Maravillosamente brilló entre la hierba, como campanas que tocan para una fiesta.

 

Así brilló la joya.

 

Mas parecía ya que su fin se acercaba, que la tierra la atraía, y la piedra preciosa fue disminuyendo con rapidez, como si quisiera hundirse bajo la hierba.

 

Entonces Piktor, llevado por un deseo imperioso, tomó la joya entre sus manos y la retuvo. Con fervor miró su luz mágica; traspasaba su corazón una añoranza por todas las venturas.

 

Fue en ese instante que de la rama de un árbol muerto se deslizó la Serpiente y le susurró al oído: “La joya se transforma en lo que tú quieras. Comunícale rápido tu deseo, antes que sea tarde”.

 

Piktor temió perder la oportunidad de alcanzar su felicidad. Con premura dijo la secreta palabra. Y se transformó en un árbol. Porque árbol era lo que Piktor siempre había añorado ser. Porque los árboles están llenos de calma, fuerza y dignidad.

 

Creció hundiendo sus raíces en la tierra y extendiendo su copa hacia el cielo. Hojas y ramas nuevas surgieron de su tronco. Era feliz con ello. Sus raíces sedientas absorbieron el agua de la tierra, mientras las hojas se mecían en el azul del cielo. Insectos vivían en su corteza y a sus pies se cobijaron las liebres y el puerco espín.

 

En el Paraíso, alrededor suyo, la mayoría de los seres y las cosas se transformaban en la corriente hechizada de las metamorfosis. Vio fieras que se cambiaron en piedras preciosas o que partieron volando como pájaros radiantes. Junto a sí, varios árboles desaparecieron de improviso; se habían vuelto vertientes; uno se hizo cocodrilo, otro se fue nadando, lleno de gozo, transformado en pez. Nuevas formas, nuevos juegos. Elefantes trasmutaron sus vestidos en rocas, jirafas se convirtieron en monstruosas flores.

 

Pero él, el Árbol-Piktor, siempre se quedó igual; no podía transformarse más.

 

Desde que se dio cuenta de ello, desapareció su felicidad y, poco a poco, comenzó a envejecer, tomando el aspecto cansado, serio y ausente que se puede observar en muchos árboles antiguos.

 

También los caballos y los pájaros, también los seres humanos y todas aquellas criaturas que han perdido el don de la renovación, se descomponen con el tiempo, pierden su belleza, se llenan de tristeza y preocupación.

 

Una vez, una niña muy joven se perdió en el Paraíso. Su pelo era rubio y su traje, azul. Cantando y bailando, llegó junto al Árbol-Piktor. Más de un mono inteligente se rió destemplado detrás de ella; más de un arbusto le rozó el cuerpo con sus ramas; más de un árbol le arrojó una flor o una manzana, sin que ella lo notase. Y cuando el Árbol-Piktor vio a la niña, fue presa de una desconocida nostalgia, de un inmenso deseo de felicidad. Sentía como si su propia sangre le gritara: “¡Reflexiona, recuerda hoy toda tu vida, descubre su sentido! Si no lo haces, será ya tarde y nunca más vendrá la felicidad.”

 

Y Piktor obedeció. Recordó su pasado, sus años de hombre, su partida hacia el Paraíso y, en especial, aquel momento que precedió a su transformación en árbol, aquel maravilloso instante cuando aprisionara la joya mágica entre sus manos. En aquel entonces, como todas las metamorfosis le eran posibles, la vida latía poderosamente dentro de él. Se acordó del pájaro que había reído y del árbol Sol y Luna. Le pareció descubrir que entonces olvidó algo, dejó de hacer alguna cosa y que el consejo de la Serpiente le había sido fatal.

 

La niña escuchó el ulular de las hojas del Árbol-Piktor, moviéndose en marejadas. Miró a lo alto y sintió como un dolor en el corazón. Pensamientos, deseos y sueños desconocidos se agitaron en su interior. Atraída por estas fuerzas, se sentó a la sombra de las ramas. Creyó intuir que el árbol era solitario y triste, al mismo tiempo que emocionante y noble en su total aislamiento. Embriagadora sonaba la canción de los murmullos en su copa. La niña se reclinó sobre el tronco áspero, sintió como se conmovía y un estremecimiento igual la recorrió. Sobre el cielo de su alma cruzaron nubes. Lentamente cayeron de sus ojos lágrimas pesadas. ¿Qué era esto? ¿Por qué el corazón deseaba hasta casi romper el pecho, tendiendo hacia un más allá, hacia aquél, el bello solitario?

 

El Árbol-Piktor tembló hasta sus raíces, con vehemencia acumuló todas las fuerzas de su vida, dirigiéndolas hacia la niña en un deseo de unirse a ella para siempre. ¡Ay, que se había dejado engañar por la Serpiente y era ahora sólo un árbol! ¡Qué ciego y necio había sido! ¿Tan extraño para él fue el secreto de la vida? ¡No, porque algo había presentido oscuramente entonces! Y con enorme tristeza recordó al árbol que era hombre y mujer.

 

Entonces un pájaro se aproximó volando en círculos, un pájaro rojo y verde. La niña lo vio llegar. Algo cayó de su pico. Luminoso como un rayo, rojo como la sangre o como una brasa, precipitándose en la hierba, iluminándola. La niña se inclinó para recogerlo. Era un carbúnculo, una piedra preciosa.

 

Apenas tomó la piedra en sus manos, cumplióse el deseo del cual su corazón hallábase colmado. Extasiada, fundióse e hízose una con el árbol, transformándose en una fuerte rama nueva, que creció con rapidez hacia los cielos.

 

Ahora todo era perfecto y el mundo estaba en orden. Únicamente en este instante se había hallado el Paraíso. Piktor ya no era más un árbol viejo y preocupado. Y Piktor cantó fuerte, en voz alta: “¡Piktoria! ¡Victoria!” Se había transformado, pero alcanzando la verdad en la eterna metamorfosis; porque de un medio se había cambiado en un entero.

 

De ahora en adelante podría transformarse tanto como lo deseara. Para siempre deslizóse por su sangre la corriente hechizada de la Creación, tomando así parte, eternamente, en la creación que a cada instante se renueva. Fue venado, pez, hombre y serpiente, nube y pájaro; pero en cada forma se hallaba entero, en cada imagen era una pareja, dentro de sí tenía al Sol y a la Luna, era hombre y era mujer. Como río gemelo deslizábase por los países; como estrella doble, en el alto cielo.


miércoles, 23 de septiembre de 2020

Parte 7 - BUSCANDO LA CONGRUENCIA


Parte 7. Hacia una mayor congruencia #PsicologiaHumanista #PsicologiaSocial

El ser humano a menudo miente, oculta sus verdaderos pensamientos, sentimientos y actos porque desde pequeño aprendió a buscar un falso apoyo condicionado si se somete a ciertas reglas que cambian, según la persona y la situación.

Hay que superar estas experiencias infantiles y la influencia del entorno cultural limitante, conectar más con las propias emociones y percepciones, hacia una opinión realmente propia y un sentido de "si mismo".

Pero... ¿Cómo lograr esta autenticidad y congruencia?

Expresar en forma intencional y sin freno las emociones contenidas puede ser un proceso liberador. Este proceso descarta todo tipo de conducta autolesionante e implica reconocer que no se puede convertir a los demás en contenedores de la frustración, rabia y odio acumulado a lo largo de la vida.

Prácticas intencionales para la expresión emocional contenida, como gritar a todo pulmón en un sitio aislado o dar golpes a una pera de box, son de mucha ayuda si y solo si, se hace con la consciencia de que las emociones reprimidas son propias y su armonización interna depende solo de la propia persona y no de alguien más. Debe estar orientado a generar un cambio de perspectiva.

Vivir en función de los impulsos, deseos y emociones es más sano que reprimir pero, su expresión debe considerar alternativas de crecimiento. Expresar asertivamente las emociones es actuar de manera congruente y conlleva a resolver conflictos. No hacerlo conlleva a no tomar las riendas de determinadas situaciones y no permite resolver algunas emociones negativas, lo que afecta la autovaloración.

Referencia

Celis, A. (2006). Congruencia, integridad y transparencia. El legado de Carl Rogers. Revista Latinoamérica Polis. Open Edition Journal.

Parte 6 - LA DOBLE MORAL


Parte 6. #PsicologiaHumanista. #PsicologiaSocial #Congruencia

Este post llama la atención sobre los contextos religioso y de gobierno, con base en los planteamientos de Celis.

El ámbito religioso no escapa a este doble estándar: Si un Papa asume posiciones autocríticas y honestas se genera tensión en el vaticano. El costo económico de rituales y devociones a santos tampoco ayuda. Los principios morales se aplican de modo diferencial a mujeres y hombres; por tanto, son poco o nada igualitarios y en consecuencia inmorales. Quienes no han recibido ninguna de las órdenes religiosas que otorga la Iglesia deben ser célibes por imperativos canónicos mientras que predicadores hablan de valores como la castidad y la integridad, lo cual contrasta con las denuncias sobre pedofilia, violaciones y prácticas sexuales diversas.

En el ámbito de los gobiernos se engaña sistemáticamente y en forma descarada a un país, especialmente en lo referente a DDHH, falsos positivos y escándalos por pago de comisiones a cambio de contratos de obras civiles públicas; es decir, sobornos que también ponen sobre el tapete la doble moral internacional. Todo esto ocurre usando como instrumento a la prensa, entonces hay también en la prensa una doble moral.

Gavotto, O (2016) plantea que los grupos sociales tienden a la dominación y corrupción por la acumulación de los bienes excedentes generados por la comunidad, la corrupción de los sistemas comienza con el deseo de apoderarse de estos excedentes. Los budistas proponen el desprendimiento y el no apego a lo material para mantenerse alejados de esta necesidad de posesión pero no resulta atractivo para la mayoría de las personas por la dificultad que implica renunciar a nuestras ambiciones.

Se necesitan más ejemplos de congruencia e integridad: personas que no renuncien a sus principios y a su verdad, como fuente de inspiración tenemos en la historia muchos casos en los que se ofreció vida a cambio de negación. Tal vez estos casos sean extremos, pero en la vida cotidiana nos ponemos a prueba constantemente. No reemplacemos nuestra integridad y fuerza interior por el afecto y apoyo de las otras personas; es frágil, volátil y condicionado: durará mientras aceptemos las condiciones de los demás, que cambian según la persona y la situación.

Referencias

Celis, A. (2006). "Congruencia, integridad y transparencia. El legado de Carl Rogers". Revista Latinoamérica Polis. Open Edition Journal.

Gavotto, O (2016). La incongruencia del pensamiento y el comportamiento social. Revista Dilemas Contemporáneos: Educación, Política y Valores.

Parte 5 - RELACIONES LABORALES


Parte 5. #PsicologiaHumanista #PsicologíaSocial #LeonardoSchvarstein

Celis (2006) llama la atención sobre los contextos laborales. Afirma que las reglas más retorcidas suelen inspirar las relaciones entre jefes y empleados; manifestándose en mutua desconfianza, hipocresía y doble estándar. Las personas pueden perder su trabajo por motivos imaginarios o por arbitrariedad del jefe; más aún, al darse un despido, lo usual es que no se den las verdaderas razones y no haya transparencia. Así mismo, se dan las situaciones más insanas y destructivas; se premia el bajo perfil, el simular trabajar, la hipocresía y la deshonestidad. Se castiga el expresar las propias percepciones en forma transparente o la denuncia de situaciones oscuras (p.5)

Leonardo Schvarstein plantea que en las organizaciones, algunos grupos de interés no se constituyen necesariamente como grupos antagónicos por diversos factores concurrentes: la coerción implícita en la amenaza de pérdida del empleo, el debilitamiento de las organizaciones sindicales y la fuerza dominante de la ideología neoliberal que naturaliza este orden socialmente instituido. No obstante, también argumenta que esto no debería ser admisible en una organización socialmente inteligente, cuyo gobierno está por definición dispuesto a reconocer la existencia de las inequidades y posee la voluntad política para atemperarlas, lo que implica la aceptación (explícita o implícita) de los conflictos emergentes entre los grupos con intereses contrapuestos, sin que por ello se constituyan en antagónicos. (p. 130-131) 

👉 Organización sujeto: capaz de ejercer plenamente sus elecciones frente a las cuestiones por las cuales se siente responsable y a las que les son exigibles. Es capaz de establecer sus propias coherencias internas y de organizar sus interacciones con el contexto en función de la preservación de las mismas.

👉 Organización objeto: meramente cumple en forma reactiva con los requerimientos externos que se le imponen. Está atravesada por los modelos hegemónicos de la sociedad en la que existe y su orden interno está determinado básicamente desde su exterior.

Ambas hacen parte de una dinámica dialéctica pero en todo caso, es posible reconocer una tendencia a que una posición predomine sobre la otra.
  
Referencias

Celis, A. (2006). Congruencia, integridad y transparencia. El legado de Carl Rogers. Revista Latinoamérica Polis. Open Edition Journal. p. 5

Schvarstein, L. (2004). La inteligencia social de las organizaciones: desarrollando las competencias necesarias para el ejercicio efectivo de la responsabilidad social. Buenos Aires. Paidós. p. 49-50, 130-131

Parte 4 - INFLUENCIA DE LOS SISTEMAS SOCIALES

Parte 4. #PsicologiaHumanista #CarlRogers  #PsicologiaPolitica #HarryEckstein 

"A Rogers le importaban las personas, pero no las instituciones. No le interesaban las apariencias, los roles, la clase social, las credenciales o los cargos, y ponía en tela de juicio a cualquier autoridad, incluyendo la suya propia" (Gendlin, 2002).

Desafortunadamente nuestra realidad es otra: las instituciones sociales al servicio de las apariencias, la supremacía de los roles y la autoridad; los egos inflados subutilizando y a veces menospreciando los derechos, las necesidades, las capacidades y los talentos.

Se requieren ciertas cualidades y rasgos necesarios para una buena política, al igual que leyes y costumbres fundadas en una gran igualdad, sin dejar de lado la buena educación para generar la virtud por medio de los buenos ejemplos (Maquiavelo).

Retomando a Celis (2006), nos recuerda que predomina el simple desprecio por cualquier cosa que no sean los propios y mezquinos intereses, concluyendo que es más importante la forma que el fondo, parecer honesto y decente, no serlo. El dinero y el poder lo permiten todo y son los nuevos fundamentos de la sociedad en que vivimos. La codicia ciega y criminal está destruyendo al planeta, la salud y la educación son los nuevos grandes negocios y la naturaleza es arrasada sin freno, poniendo al planeta en una situación extremadamente peligrosa.

Esto nos lleva a desconfiar de las autoridades políticas, gubernamentales, económicas, eclesiásticas y en general, de todo aquel que detente poder. La mayoría de las figuras públicas tiene doble discurso: no practican lo que predican y a veces hacen todo lo contrario.

Por su parte, ya Eckstein lo había dicho: Los sistemas sociales estables son aquellos en que hay coherencia de tipos de autoridad. La democracia estable es inmensamente difícil de lograr y ha sido lograda en muy pocos casos. La democracia inestable es la tendencia normal. (Harry Eckstein, citado por Wilhelmy von Wolff, M. 1990).


Referencias

Celis, A. (2006). "Congruencia, integridad y transparencia. El legado de Carl Rogers". Revista Latinoamérica Polis. Open Edition Journal.

Maquiavelo, Nicolás. Discursos sobre la Primera década de Tito Livio. trad. cast. Alianza Editorial S.A. Madrid, 1987. Influencia de las cualidades personales y la educación en el comportamiento político. 

Wilhelmy von Wolff, Manfred (1990). Apuntes de Clases. Valparaíso. s.d. Itálicas agregadas. Cit. Con autorización del autor.

Parte 3 - COMPORTAMIENTO PUBLICO Y CREENCIAS PRIVADAS














Parte 3. #PsicologiaSocial #Moscovici #HerbertKelman 

Para entender el concepto de Conformidad, Moscovici (1999) en su definición de influencia social, reconoce dos tipos conformidad y obediencia, en función de la incongruencia entre el comportamiento público y las creencias privadas. La conformidad es un proceso psicosocial.
👉En la conformidad, la persona modifica su comportamiento o actitud para armonizarlos con el comportamiento o actitudes del grupo; se establece un acuerdo en el rango del mismo estatus.
👉En cuanto a la obediencia, la persona modifica su comportamiento para someterse a las órdenes directas de una autoridad legítima; en este caso se impone por autoridad de un mayor estatus. #Incongruecia

Por su parte, Herbert Kelman define tres tipos de conformidad:
1. Conformidad por cumplimiento: se llega a estar de acuerdo con la opinión del grupo, manteniendo para sí mismo las opiniones propias. Hay una división entre el espacio público y privado.
2. Conformidad por identificación: se llega estar de acuerdo con la opinión de la mayoría pero sólo cuando se percibe como miembro competente del grupo. Se vincula afectivamente con un modelo por el que siente admiración y respeto, siendo la fuente de la motivación principal.
3. Conformidad por internalización: la persona se mantiene de acuerdo con la opinión de la mayoría, incluso después de haber abandonado el grupo. Espacio público y privado se mezclan. Largo plazo y la más profunda. Combina lo afectivo con lo motivacional y lo cognitivo.

Celis (2006) plantea que para ingresar a la sociedad debemos conformarnos y cuando nos hacemos adultos, hacemos parte de ese mismo sistema en que generamos la conformidad en otros. Es así como en nuestra sociedad desarrollamos una habilidad para entrenar, engañar y volver cada vez más estúpidas a grandes cantidades de personas.

Parte 2 - CONDICIONAMIENTO SOCIAL


Parte 2. #PsicologiaHumanista #CarlRogers Celis (2006), en su artículo "Congruencia, integridad y transparencia. 


El legado de Carl Rogers", llama la atención sobre el modo como los individuos se conducen, en términos de la postura en que se muestran frente a la otra persona. Utiliza la analogía de las capas de la cebolla para situar en las capas externas los datos biográficos generales, las percepciones generales acerca del mundo, estudios y gustos; mientras que en las capas más internas, correspondería lo que la persona considera más íntimo y de algún modo, secreto. Celis cita a Rogers para referirse al condicionamiento social en donde introyectamos los valores y preferencias del entorno que nos sumerge, tendiendo a alejarnos del contacto con nuestro sentir más íntimo. "La sociedad busca entrenar en vez de educar". De acuerdo con esta afirmación de Sidney Jourard, 1980, en el entrenamiento se estimula más la conformidad que la originalidad, perdiéndonos a nosotros mismos. #Incongruencia

Parte 1 - SER UNO MISMO


Parte 1 #PsicologiaHumanista #CarlRogers 

En mi relación con las personas he aprendido que, en definitiva, no me resulta beneficioso comportarme como si yo fuera distinto de lo que soy (Rogers, 1961, citado por Celis, 2006).

Nuestra sociedad no está sincronizada con la tendencia a actualizar nuestras potencialidades ("tendencia actualizante") y estamos sometidos a situaciones que no concuerdan con nuestra "valoración organísmica". Sólo recibimos recompensas positivas condicionadas; es decir, sólo si concordamos con el molde social. Esto es lo que nos lleva a desarrollar un ideal del sí mismo "ideal del yo". Este ideal es algo no real que está siempre fuera de nuestro alcance y que nunca alcanzaremos. La tendencia actualizadora seguida de nuestra valoración organísmica, de las necesidades y recepciones de recompensas positivas para uno mismo, es el verdadero yo (self); es decir, el verdadero "tú" que si todo va bien, vas a alcanzar.

El espacio comprendido entre el verdadero self y el self ideal; es decir, entre el "yo soy" y el "yo debería ser" se llama incongruencia. A mayor distancia, mayor incongruencia y a mayor incongruencia, mayor neurosis. #Incongruencia

sábado, 1 de agosto de 2020

ECOLOGÍA DEL DESARROLLO HUMANO



Relatoría: María del Pilar Sandoval Cabarcas

Cuando se habla de ecología evocamos la amenaza que rodea al ecosistema global del planeta y en él, a la mayoría de las especies; situación que ha sido generada por nosotros mismos como un boomerang que en su viaje de regreso nos coloca también en la posición de víctimas. El hombre víctima del hombre. La ecología humana ha sido considerada una importante perspectiva relacionada con la sociología que estudia las conexiones de la población con el ecosistema para lograr su adaptación.

Urie Bronfenbrenner, en su obra La Ecología del Desarrollo Humano plantea que los ambientes naturales son la principal fuente de influencia sobre la conducta humana (citado por Torrico et al, 2002) y que el desarrollo humano se da en acomodación progresiva y mutua entre un ser humano activo en proceso de desarrollo, y las propiedades cambiantes de los entornos inmediatos en los que está inserto.

Ochaita y Espinosa (Ochaita & Espinosa, 2004) afirman que el modelo ecológico de Bronfenbrenner pretende abordar la comprensión de la interacción que se produce entre el sujeto y los sistemas o contextos de desarrollo, que afecta a todas las etapas del ciclo vital (dimensión temporal); sin dejar de lado la importancia de los factores biológicos en el desarrollo psicológico, el papel activo del propio sujeto y los efectos de los grandes cambios culturales (macrosistémicos) en el desarrollo de los individuos.

De este modo plantea la importancia de realizar el análisis de los diferentes contextos en los que se desarrolla el sujeto, para comprobar si son capaces de satisfacer las necesidades básicas de los seres humanos, reconociendo la influencia del papel activo del sujeto en las interacciones con el medio.

Según este enfoque, los sistemas son considerados de modo dinámico y global; siendo necesario tener en cuenta todos sus elementos y las múltiples relaciones que se forman entre todos y cada uno de ellos.

Bronfenbrenner concibe el medio ambiente en cuatro sistemas, cuyas características y condiciones afectan al propio proceso de desarrollo: microsistema, mesosistema, exosistema y macrosistema. El Microsistema es la capa más cercana al sujeto e incluye los comportamientos, roles y relaciones característicos de los contextos cotidianos en los que éste pasa sus días, es el lugar en el que la persona puede interactuar cara a cara fácilmente, como en el hogar, el trabajo, sus amigos (Bronfenbrenner, 1979). El microsistema puede ser un entorno que potencialice el desarrollo del sujeto pero bajo condiciones negativas puede ser destructivo, tal es el caso en el estudio de la violencia intrafamiliar.

Dentro de las variables implicadas en los diferentes microsistemas, Torrico cita: personalidad, actitudes, cogniciones/pensamientos, prejuicios, valores, educación.

Estas relaciones generan influencias bidireccionales; por ejemplo, las figuras paternas pueden afectar las creencias y el comportamiento del niño y a su vez, el niño también afecta las creencias y comportamiento de los padres. Estas influencias se producen entre todos los niveles del medio ambiente. A nivel de microsistema, las influencias bidireccionales son más fuertes y tienen el mayor impacto en la infancia. Sin embargo, las interacciones a nivel exterior todavía pueden afectar las estructuras internas.

El Mesosistema comprende las interrelaciones de dos o más entornos en los que la persona en desarrollo participa activamente (familia, trabajo y vida social/redes sociales). Esta capa proporciona la conexión entre las estructuras del microsistema del sujeto. Ejemplos: la relación entre el maestro del niño y sus padres, entre su iglesia y su barrio, relaciones entre el hogar, la escuela y el grupo de pares del barrio; relaciones entre la familia, el trabajo y la vida social. Es por tanto un sistema de microsistemas. Se amplía cuando la persona entra en un nuevo entorno (Bronfenbrenner, 1979).

Las relaciones posibles a nivel intersistémico son: participación en entornos múltiples, comunicaciones entre entornos y Conocimiento entre entornos. La vida adulta se caracteriza, entre otras cosas por: encontrar un trabajo, cambiar de trabajo, perder el empleo, casarse, tener un hijo, o temas más universales: enfermar, ir al hospital, sanar, volver al trabajo, jubilarse y la última transición: morir. Toda transición ecológica es a la vez, consecuencia e instigadora de los procesos de desarrollo.

La vinculación o transición directa es la que más claramente define y explica la importancia del mesosistema. Cuando la persona hace esta transición en solitario, el vínculo que da lugar al mesosistema se denomina solitario, pero si la hace en compañía de otra persona procedente del entorno familiar, el vínculo será dual. Bronfenbrenner habla de vinculación múltiple cuando hay más de una persona que es activa en los dos entornos. Finalmente, un mesosistema que tiene un solo vínculo principal directo, siendo los restantes indirectos, dará lugar a una vinculación débil. 

El Exosistema se refiere a uno o más entornos que no incluyen a la persona en desarrollo como participante activo, pero en los cuales se producen hechos que afectan a lo que ocurre en el entorno que comprende a la persona en desarrollo, o que se ven afectados por lo que ocurre en ese entorno (trabajo, el vecindario, las relaciones sociales informales y los servicios sanitarios, sociales o educativos de que dispone la comunidad, o en el caso de los niños, las condiciones de trabajo de sus padres como horarios de los padres el lugar de trabajo) (Bronfenbrenner, 1979). 

El sujeto puede verse afectado por los roles, características y relaciones de contextos o situaciones ajenos a él, en los que ni siquiera está físicamente presente, a través de la vinculación de éste con otra persona que esté inmersa en un determinado microsistema (Ej: el niño no está directamente relacionado con el contexto laboral de sus padres, pero este sistema puede influir de forma decisiva en su desarrollo a través de sus padres).

Bronfenbrenner considera que cuando se trata de hacer investigaciones sobre la incidencia de este nivel sistémico en el individuo, debe establecerse la secuencia causal que los relacione. Para ello se ha de probar la conexión de los procesos que se producen en el entorno externo con los que tienen lugar en el microsistema de la persona en desarrollo. También se deben conectar los procesos del microsistema implicados en la relación anterior, con los cambios evolutivos de la persona en cuestión.

El Macrosistema se refiere a las correspondencias, en forma y contenido, de los sistemas de menor orden –micro, meso y exo- que existen al nivel de la cultura junto con cualquier sistema de creencias o ideología que sustente estas correspondencias en un determinado contexto histórico y cultural. Por ejemplo: ideas sobre la forma más adecuada de crianza, roles atribuidos a los sexos.

Un cambio drástico en el macrosistema tiene efectos sobre el resto de los sistemas, llegando incluso hasta el nivel de actividad individual (Bronfenbrenner, 1979). La creencia de la cultura basada en que los padres deben ser los únicos responsables de criar a sus hijos, hace menos probable que se proporcionen recursos para ayudar a los padres, lo que a su vez afecta a las estructuras en las que los padres funcionan. La capacidad de los padres o la incapacidad para llevar a cabo esa responsabilidad hacia sus hijos en el contexto del microsistema del niño es igualmente afectada.

En una sociedad o grupo social en particular, la estructura y la sustancia del micro, el meso y el exosistema tienden a ser similares y los sistemas funcionan de manera similar, mientras que entre grupos sociales diferentes, los sistemas constitutivos pueden presentar notables diferencias. (Bronfenbrenner, 1979).

Finalmente, en un momento que no he podido precisar en la literatura revisada, aparece el concepto de Cronosistema. Este abarca la dimensión del tiempo en lo que respecta a los entornos de un niño. Elementos dentro de este sistema pueden ser externos, como el momento de la muerte de un padre, o interno, como los cambios físicos que se producen con el desarrollo del sujeto. Conforme el sujeto crece, puede reaccionar de manera diferente a los cambios de su medio ambiente y puede ser más capaz de determinar la forma en que el cambio influye sobre él.

Félix Guattari (1930 – 1992) filósofo y psicólogo francés, en su obra Las Tres Ecologías plantea que la economía del beneficio y las relaciones de poder han causado mucho daño al planeta. Centrales nucleares producen riesgos que causan accidentes como Chernobil y la reciente crisis del Japón, que al menor fallo técnico, humano o natural, pueden causar una exterminación colectiva. Por tanto, llama a una auténtica revolución política, social y cultural que reoriente los objetivos de la producción de los bienes materiales e inmateriales.

Guattari hace un recorrido por las problemáticas sociales y la marginación tanto en países tercermundistas como en países desarrollados, llegando a la conclusión que en todas partes se encuentra la misma contradicción: el desarrollo continuo de nuevos medios técnico-científicos susceptibles potencialmente de resolver las problemáticas ecológicas dominantes y el reequilibrio de las actividades socialmente útiles sobre la superficie del planeta vs. la incapacidad de las fuerzas sociales organizadas y de las formaciones subjetivas constituidas de ampararse de esos medios para hacerlos operativos. (Guattari, 1996)

Según Guattari, a pesar que se ha tomado conciencia de la afectación del entorno, los esfuerzos se han limitado al campo de la contaminación industrial desde una perspectiva tecnocrática pero hace falta una articulación ético-política (ecosofía) entre los tres registros ecológicos, a saber: medio ambiente - relaciones sociales - subjetividad humana. Si no se produce esta rearticulación, afirma que se puede presagiar el ascenso de todos los peligros: del racismo, del fanatismo religioso, de la explotación infantil, de la opresión de la mujer, entre otros.

De igual forma que el hombre ha afectado a las especies animales en el contexto de la ecología medioambiental, ha ocasionado desastres en la ecología social: el autor cuestiona hechos concretos como el apoderamiento de barrios enteros de New York y Atlantic City para renovarlos, aumentar los alquileres y expulsar al mismo tiempo a decenas de millares de familias pobres, la mayor parte de las cuales están condenadas a devenir sin hogar. Otro desastre de la ecología social ha sido el trabajo de los niños, que los condena a quedar sin educación y ser explotados, si no mueren antes.

Guattari habla de una ecología mental que se verá obligada a reinventar la relación del sujeto con el cuerpo, la finitud del tiempo y los misterios de la vida y de la muerte. También nos habla de la ecología social, planteando que hay que modificar o reinventar la forma de ser en pareja, en familia, en el contexto urbano, en el trabajo, etcétera. En cuanto a la ecología medioambiental, ve en ella todo posible, donde los equilibrios naturales dependerán de las acciones humanas. (Guattari, 1996)

Julio Moreno, psiquiatra y psicoanalista miembro titular de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires y de la Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo, presenta parte de la obra de Isidoro Berenstein, reconocido psicoanalista, miembro de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires y autor de Devenir otro con otro(s) Ajenidad, presencia, interferencia. (Moreno, 2004). En su obra, Berenstein continúa profundizando las líneas de reflexión abiertas en el sujeto y el otro, las múltiples y con las resonancias que el concepto de vínculo ofrece a la indagación psicoanalítica, ahondando entre otros temas, en el vínculo que se establece entre analista y paciente. Este contexto nos permite retomar algunos conceptos que desde el psicoanálisis pretenden describir las relaciones del sujeto: Entre-dos, vínculo, imposición, ajenidad, resistencia a la vincularidad, interferencia. (Berenstein, 2004)

Entre-dos: “el otro y el sujeto que se llama a sí mismo ‘yo’ se determinan entre sí y desde lo que sucede en ambos.” No desde el Uno. No desde lo que uno piensa del otro. Moreno plantea que en la obra de Berenstein se alcanza a leer de fondo la idea que las prácticas determinan sus resultados y las subjetividades de quienes se ven involucrados en ellas.

El “vínculo” lo define como una situación inconsciente que liga a sujetos determinándolos con base en una relación de presencia (opuesta en cierto modo a una relación de ausencia) y que, lógicamente genera diferentes subjetividades. Lo inicial de un vínculo es el Dos, la diferencia radical, aún cuando sus integrantes suelen preferir pensarlo como la suma de dos Unos.

La “imposición” es relacionada con el término de “Identificación”: en la identificación se impone el “deseo que seas como yo” y el “deseo ser como tú” (Ej. un niño y sus padres). En la imposición no hay deseo “Eres sujeto de esta relación porque perteneces a ella; debes pertenecer a este vínculo”. La imposición no afecta sólo a los débiles del vínculo (Ej: los padres a los niños), afecta a todos los que pertenecen a un vínculo. El vínculo impone a todos y a cada uno de los sujetos del vínculo, una subjetividad vincular. La “ajenidad” es aquello del otro que no se puede homologar ni en lo semejante ni en lo diferente y es inherente a la presencia del otro.

Berenstein propone tres tipos de juicios con respecto al objeto y en relación al par presencia-ausencia: El juicio de existencia (que no ha de confundirse con presencia interior), el juicio de atribución (que se opone al de presencia) y el juicio de presencia que atañe exclusivamente a lo ajeno, fuente de dolor pero también capaz de generar novedades en un vínculo.

La “resistencia a la vincularidad” es resistencia a dar lugar a la presencia que, remite a la ajenidad del otro. Es rechazo a una nueva inscripción del otro, distinto a cualquier representación previa y por lo tanto alterador de las mismas.

El sujeto habita para Berenstein producido por diferentes “mundos”: el interno, el de los otros, de la familia, y los otros de lo social; pero, a la vez es en el sujeto donde esos mundos se superponen o se disocian.

Toda vinculación puede ser asimétrica pero aún así, junto con la transferencia aparece la “interferencia”, o sea un encuentro entre ajenidades que como tal afecta a ambos miembros del vínculo y no desde uno al otro. Moreno nos recuerda que el tema de la transferencia fue primero entendido por Freud como un obstáculo al recuerdo, y luego como un aliado irremplazable del análisis.

Finalmente se plantea que la educación general no nos ayuda a reconocer, aceptar y vincularnos con la ajenidad de los otros, como sí lo hace con la semejanza y la diferencia.

CONCLUSIONES

El modelo de Bronfenbrenner presta atención a las interconexiones ambientales (microsistema, mesosistema, exosistema y macrosistema) y el impacto que estas pueden tener sobre la persona y su desarrollo psicológico. Estudia al sujeto en progresiva acomodación a sus dinámicos entornos inmediatos y otros más grandes en los que está incluido. Permite además, analizar la influencia de los factores macrosistémicos (marcos culturales o microculturales) en los que transcurre el desarrollo, sin limitarse al estudio del cambio evolutivo durante los primeros años de la vida, sino que abarca todo el ciclo vital, siendo de gran utilidad para una amplia gama de investigaciones en las ciencias sociales.

La propuesta de Guattari se resume en reconstruir el conjunto de las modalidades del ser y ser en grupo, pretende prácticas efectivas tanto a los niveles microsociales como a mayores escalas institucionales. En este sentido encuentra correspondencia con el modelo de Bronfenbrenner . La idea de que la política, como elemento del macrosistema influye en los sujetos psicológicos es de especial relevancia para el estudio crítico de las necesidades humanas y tiene resonancia en la ecosofía de Guattari (articulación ético-política).

El aporte de Bernstein profundiza la reflexión entre el sujeto y el otro, pretendiendo describir las relaciones del sujeto con base en el “vínculo”, como situación inconsciente que liga a los sujetos y que genera diferentes subjetividades. El sujeto es resultado de diferentes “mundos”: mundo interno, mundo vincular (familia), y mundo sociocultural. Sin embargo, es en el sujeto donde estos mundos se reconfiguran. Finalmente estos aportes permiten entender las interrelaciones del sujeto con el entorno, encajando en el modelo de Bronfenbrenner y en la ecosofía de Guattari.

SUGERENCIAS PARA LA INVESTIGACION

El modelo de Bronfenbrenner es de gran utilidad para estudiar la infancia de forma válida teniendo en cuenta la influencia de los contextos en su desarrollo. Se complementa con Berenstein para describir la naturaleza de la interacción entre-dos y con otros, encontrando puntos de encuentro con las tres ecologías de Guattari: ecología mental, ecología social y ecología medioambiental,

Es de utilidad para describir los procesos adaptativos e inadaptativos de las personas y los factores situacionales e individuales que median en esos procesos. Llama la atención su aplicación para estudiar: contextos comunitarios, la familia, las instituciones infantiles como contextos del desarrollo humano, procesos de adaptación e inadaptación de pacientes con enfermedades crónicas y personas con discapacidad, fenómenos de violencia como el Bullying, redes sociales (mesosistema), por citar solo algunos.

REFERENCIAS

Berenstein, I. (2004). Devenir otro con otro(s). Ajenidad, presencia, interferencia. Buenos Aires: Paidós.

Bronfenbrenner, U. (1979). The ecology of Human Develop ment. Cambridge, Harvard University Press. (Trad. Cast.: La ecología del desarrollo humano. Barcelona, Ediciones Paidós, 1987).

Guattari, F. (1996). Las Tres Ecologías. París, Francia.

Moreno, J. (2004). Revista de Libros. Psicoanálisis APdeBA , 529-534.

Ochaita, E., & Espinosa, M. (2004). La teoría ecológica de Bronfrenbrenner. En Hacia una teoría de las necesidades infantiles y adolescentes. Madrid: MAcGraw Hill-UNICEF.

Torrico Linares, E., & al, e. (2002). El Modelo teórico de Bronfrenbrenner como marco teórico de la Psicooncología. Anales de Psicología , 45 - 59